En 2001 el FC Barcelona incorporó definitivamente el fútbol femenino como sección oficial y continuó compitiendo en la segunda categoría, la Primera Nacional de Fútbol Femenino. Después de la primera guerra mundial, las costumbres cambiaron en Buenos Aires y la gente quiere divertirse. En resumidas cuentas: cada vez que alguien compra una camiseta, al fabricante le quedan 17 euros, al vendedor en torno a 30 y al club en torno a cinco, con la salvedad de que los equipos, además, firman contratos millonarios con los fabricantes por vestirles.
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